Blog


Cuando tu madre tierra está muriendo…

Muchas personas no se han dado cuenta o no le han prestado la debida atención pero… Hay países que están, literalmente, en las ruinas. Lastimosamente, soy parte de uno de ellos. Esta probablemente sea una de las redacciones más honestas que he hecho y me he despojado de todo vocabulario complejo para darle espacio a mis más profundos pesares.

Me levanto a diario sin reconocer lo que veo a mi alrededor. Las calles que vi cuando apenas era una niña ya no son transitables. Mi parque favorito ya no está cubierto de ese verde espléndido que tanto me encantaba. Mis vecinos ya no sonríen con la misma calidez y los niños de mi vecindario ya no disfrutan salir a jugar.

Cualquier pensará que decidí mudarme a una nueva ciudad pero no fue así. Sin embargo, siento que me arrebataron todo lo que mi pequeño y tan querido pueblo me ofreció durante tanto tiempo.

Es increíble ver lo que una situación de tensa política y conflicto puede hacerles a los ciudadanos de un país tan hermoso como el mío. No hay una cara que esté llena de dicha o inocencia. Solo hay tristeza, hambre e infelicidad.

Recuerdo que apenas tenía 10 años cuando tuve que salir a trabajar por primera vez. A mis 18, con una familia de 6 miembros y una pequeña niña discapacitada viviendo en una nación en la que comer es una tarea casi imposible, solo podía dormir menos de cuatro horas al día para poder estudiar y trabajar al mismo tiempo. Y no, no me lamentaba mucho de ello; hasta que me di cuenta que esa no era únicamente mi realidad. Había muchos otros como yo. Muchos más de los que me gustaría contar.

Me costó entender lo que estaba sucediendo. Tardé mucho en darme cuenta que mis plegarias no funcionarían de un día a otro. En su lugar, tuve que descubrir una manera de existir sin que mi alma se quebrara al ver cómo la tierra en la que nací está muriendo.

Me duele mucho ver como la comida se ha convertido en un regalo perfecto de cumpleaños. A veces, desayunar es un premio para un niño que saca buenas calificaciones o se comporta de buena manera durante la semana. Y aunque ya nos hemos acostumbrado a ese accionar, no está bien. Nos hemos condicionado al problema. Nos hemos adaptado al desastre… Pero, lastimosamente, no tenemos más que hacer.

Quisiera poder despertarme un día y verte vivir de nuevo, madre mía. A ti, cuyos bellos jardines fueron testigos de mis caídas, cuyos perfectos mares me enseñaron a sumergirme bajo las asombrosas posibilidades de un fantástico universo. A ti, mi Venezuela, que me viste crecer.

Versuasions en Español by Angie Prieto.

blogmanager