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¿Qué tan poderoso es el tiempo?

Hemos otorgado cualidades erróneas al tiempo. Crecimos amplificándolo al nivel de una deidad que no corresponde a nuestra realidad actual. ¿Por qué? Porque estamos acostumbrados de dejarle toda carga al paso de las horas.

Pero, ¿es esto correcto? ¿Existe una verdadera razón para ver el tiempo como algo más que una simple unidad de medida? La respuesta podemos verla en la historia misma. Cuando estamos frente a ella, vislumbramos acciones; no solo una cantidad de minutos. Entonces, ¿por qué darle la ilusa capacidad de una sanación incompleta?

Debemos entender que el tiempo solo es un medio y que a través de él podemos llevar a cabo muchas cosas pero, para ello, son necesarias las acciones y eso no viene incluido en un cronómetro. Podemos verlo de la manera tan simple como dejar que él cuide de una herida que fue abierta en la piel y nunca ha sido tratada. El tiempo por sí solo no cura, solo es capaz de crear cicatrices superficiales que pueden volver a abrirse en simple y sutil roce, incluso causando un dolor más potente que su versión original.

Para sanar un corazón roto se necesita tiempo, sí, pero también se requieren esfuerzos para batallar contra los recuerdos que dañan. Para perdonar, unos cuantos segundos no son suficientes; también debemos aprender cómo soltar lo que nos hiere. Para estar mejor con nosotros mismos y querernos completamente como somos, tenemos que trabajar a diario hasta lograr mirarnos frente al espejo y aceptar lo que está frente a nuestros ojos.

Hay sueños que no podemos alcanzar de un día a otro. Existe una infinidad de lugares a los que no podemos llegar en cuestión de horas. Encontraremos frutos que requieren más días para madurar que otros. Sin embargo, es esencial preguntarnos:

¿En qué momento el tiempo deja de ser relativo al hacer? ¿Por qué dejarnos llevar por la vaga idea de que las agujas de un reloj tienen algún tipo de control sobre el curso normal de las cosas? ¿Hasta qué punto hay que dejarse dominar por un elemento tan endeble? Las plantas crecen luego de un largo período pero, siempre y en todos los casos, necesitan la luz del sol.

De esa manera, necesitamos de nosotros mismos. Tenemos que levantarnos y dar cuantos pasos se demanden para caminar.

El tiempo no es amigo, no espera, sigue su rumbo sin detenerse jamás. El tiempo es vida y hay que decidir cómo vivirla.

Versuasions en Español by Angie Prieto.

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